lunes, 10 de mayo de 2010

El Sol y la Luna


Luna, Luna yo no quiero más Luna, porque si siempre sale la Luna jamás volverá a salir el Sol, el Sol no sale más porque está enojado con la Luna y si la Luna siempre aparece y se apodera del territorio (que antes ambos compartieron) el Sol se va a cansar de querer salir, y no va a volver jamás a pisar el Cielo.
Luna, eres tan egocéntrica, Luna, cuántas veces debo decirte que es el Sol el centro de nuestro “Sistema Solar” (si es que no lograste notarlo en el enunciado). Eres celosa y envidiosa, Luna. Te quedaste con todos los amigos del Sol y él ahora, se siente muy solo, porque no puede salir a jugar con sus amigos de antes. Cómo puedes hacer esto, Luna. Después de todo lo que vivieron juntos tú y el Sol. Después de todas las constelaciones que se regalaron en arrebatos de amor. Eres muy ingrata, Luna. No valoras el fuego que ardió entre ustedes. Y no me vengas con que él era el único que ardía, porque tú sabes bien que él te enseñó a arder a ti, Luna. Con el Sol, aprendiste a amar. Con el Sol, aprendiste a encender el Cielo. Lo de la separación fue difícil, y estamos consientes de ellos, Luna, nadie lo niega. Pero, Luna, tú sabes porqué sucedieron así las cosas. Debían ser así. Ni tú ni el Sol querían que así fuera, tú lo sabes mejor que nadie, si hubiera sido por decisión propia, el Sol jamás te habría abandonado. Pero, tú lo sabes, Luna, de alguna forma, hay que darle equilibrio al sistema, y lo de ustedes, iba para catástrofe.

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