me senté en las torres para poder desenamorarme. pensé en
ti. en las descargas eléctricas. pensé en todos los muertos que dibujamos con
stencil. me subí a la torre más alta de la cuadra. ya no vienes al barrio a ver a los
cabros. las vibraciones incesantes me hacían abrazar la idea de ti, de tus torres
y tus ojos aceituna.
sentí los golpes: pequeños electro shocks en los brazos y
hasta llegar a mis uñas y mi pelo. me enredé en los cables. esa tarde no
apareciste. nunca más apareciste.