Nos
construyeron jaulas
en placas de
lata escribieron nuestros nombres
vinimos
creciendo desde hace tiempo
nos subimos
al auto sin retorno para mirar desde la ventanilla
cómo se
encendían las calles a nuestro paso
quemamos la niñez
y la juventud al mismo tiempo en que conocimos el sexo
y hasta
entonces ignorábamos la fertilidad de nuestros cuerpos
escondimos
nuestras culpas entre las piernas
cortamos los
hilos con corta cartón
nos llenamos
de espacios vacíos simulando afecto
entonces los
pliegues de tu piel pidiendo disculpas en busca de tregua
entonces
redimir carencias en el intento de permanecer
quemamos el
volantín de dragon ball un día en el parque de Los Reyes
para hacer
desaparecer la infancia
y que las
pérdidas se fueran volando como los pájaros, para siempre.