miércoles, 17 de febrero de 2010

Ya nadie extraña a la niña que comía limones todo el día


Y con cualquier cosa, hasta con azúcar. No con sal. Nunca con sal. Ya nadie extraña esos ojos grandes que asustan a las guaguas.

Ya nadie te extraña, niña de la mirada perdida, niña torpe, niña asustada, niña sincera. Niña que cambia, niña que grita, niña que llora, niña que teme, niña que es valiente, niña que ama, niña que odia, niña que ya no es niña y quiere seguir siendolo toda la vida, niña que es criticada, niña que es alabada, niña llamada azúcar, niña llamada pan, niña que quiere ser madre, niña que quiere seguir siendo hija, niña que se enternece, niña que se come las uñas, niña que se muerde los labios, niña que se mata la vista cuando mira al sol, niña que se llena de espuma las manos cuando se baña, niña de colores, niña de negro, niña de amarillo, niña de arroz, niña de soles y niña de lluvias.

Niña que me mira con resentimiento y, a veces, con un poco de amor cuando estoy frente a un espejo.

miércoles, 3 de febrero de 2010

A Frida


Diego y yo

Yo tengo en mi cabeza
la cabeza de un hombre
-¡matriz sin salidero!
Y darlo a luz me mata,
me hace morir teniéndolo.
No es un hombre, es un niño,
como un diente clavado.
Si no nace, por dentro me devora,
si nace me hunde sesos y cráneo.
En medio de la frente tiene un ojo
que me vigila, frío,
para que culpa alguna me destierre
de este vetusto paraíso.

Frida Kahlo


Como si te entendiera más que tú misma escribo esto, pensando en ti y pensando en mí, pensando en lo que fuiste y pensando en lo que fui, hace un tiempo, sumida en el desencanto de un amor odioso, de un amor frío y espantoso. Ahora somos grandes, ya no miramos con la cara metida entre las rodillas, ahora miramos de frente y siempre de vista al sol.

Frida, yo te admiro y me encuentro en ti, en tus obras están mis versos y te siento como parte de mí, de lo que soy ahora y seré siempre por más que viva infinidades de situaciones distintas, tu dolor está en mí impreso a partir de mi dolor (nunca me llevaré el tuyo, cada uno carga su propia cruz y cada uno vuela como puede).

Respeto tu dolor como tú respetas el mío y en el fondo del corazón llevaremos impresas las marcas de la vida: de vivir esperando, de vivir soñando, de vivir anhelando. Lo importante es que tú cumpliste tus sueños y que yo, estoy cumpliendo los míos.