jueves, 19 de febrero de 2009

Habana Triste

Cuando ella lloraba, me hubiera gustado cambiar su vida, porque yo también lloraba desde el otro lado de la pantalla. ¿Por qué te fuiste de Cuba si aquí eres tan infeliz? Me preguntaba en silencio pero queriéndo gritárselo al televisor. De inmediato venía la respuesta evidente: Buscando oportunidades. Pero...¿Por qué no vuelves a Cuba? Esta pregunta ya no tenía respuesta, porque no pude entender qué hacía esta chica aquí, trabajando de garzona, si su carrera era la actuación, y en Cuba tenía una trayectoria de doce años en televisión.
¡Qué pena que me dió esta mujer! Lo peor es que en el periódo de grabación, se enfermó y terminó en cama, sin nadie que la cuidara, sólo con dos fotos: una de sus padres cuando se casaron y otra de la familia de su ex novio, a quién dejó también en Cuba.
Un día fue a dar una audicón a un canal de la televisión abierta chilena, pero se cohibió porque el tipo que le tomó la prueba de actuación la acosó reiteradas veces. Nuestra heroína cubana se fué para su casa con las manos vacías y la cara triste.
Decidí cesár mi llanto apangando la tele. Prefiero imaginar que volvió a Cuba donde dejó su corazón, como decía ella con la voz quebrada y los ojos envueltos en llanto.

1 comentario:

Daniela dijo...

Yo no me iría nunca de la Habana, no me iría nunca de Cuba y sus viejos en las plazas y los autos antiguos y el pedazo de tiempo detenido en centroamérica. aunque con raúl, no cacho qué volás.

besos.