martes, 3 de febrero de 2009

Con los Redondos sonando a todo lo que da en el patio de mi casa

De ella me gustaba que conservó su amor de los quince durante diesiseís años, hasta que se dió cuenta que era insano vivir de una ilusión.
Me gustaba porque podíamos webiar y nunca estuvo en la pará de "hermana mayor" o de corregirme por tonteras. Ella me acepataba como yo era y me quería así. Y yo de la misma forma, nunca le reclamé nada.
Si se te rompían los zapatos, ella era capáz de sacarse los que tenía puestos, dártelos a ti y caminar descalza todo lo que quedaba de camino.
Tenía la "voluntad de oro" que a hartos nos falta, si le pedías algo, ella no te preguntaba ni por/para qué y lo hacía sin pensarlo dos veces.
Se supone que las cosas pasan porque tienen que pasar pero yo todavía no me explico
dónde quedó lo que fraternamente cultivamos durante toda mi vida juntas. Desde que tengo uso de razón, estuviste en mi casa haciéndome la leche, enseñándome palabras nuevas, comprándome ropa linda. Cada día hacías a alguien un poquito más parecido a ti conmigo; y a mí eso me encantaba.
Yo tengo una mitad y tú tienes la otra de ese llavero de madera dice que somos Amigas Por Siempre.

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