Tienes tú
un gran tesoro en tus manos;
tus frondosas cejas.
Si empieces a joder con la pincita
quedarás como las
señoras viejas,
tendrás que marcarlas día a día
con un lápiz de ojos
de algún color parecido a tu piel.
Sin embargo
ni pienses que la gente que te vea por la calle
se va a creer
“el truco de la que sí tienes cejas”
se reirán a tus espaldas
por tu imitación barata y manual
de éstas.
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