sábado, 8 de diciembre de 2007

Quisimos ser Malas


Quisimos ser malas
y empezamos a usar ropa negra

nos vestimos de reinas
porque éramos únicas
tan únicas
que sólo escuchábamos
metal del camionero
ése de ruta,
de moto,
de carretera

porque quisimos ser malas

y por eso,
también
nos llenamos la cara de moretones
pintados por nosotras mismas:
entre las dos
nos dibujamos una inocencia ausente

rompimos tazas, almohadas, pantys

para ser malas

nos quisimos, amiga
pero los malos
están solos
y así nos quedamos
las dos
por su lado

Mi Enfermedad


“Llanto continuo y fiebre”, eran los síntomas. “No tiene cura”, la trágica consecuencia. Mamá, parece que tengo Dengue, gritaba entre llantos y mocos, muerta de miedo por la famosa enfermedad. Es que era una epidemia y estaba de moda. Todos los pendejos con dengue. Y yo, tan hipocondríaca que salí, no podía quedar fuera. Así es que de día, jugaba como a diez metros de cualquier agua estancada, sucia o con bichos voladores. Y por la noche, dormía con la puerta abierta y la luz del comedor prendida. Lloraba por horas viendo cómo descaradamente los mosquitos se paseaban por mi pieza, los escuchaba en mi oído con el bssss que no me dejaba mantener los ojos cerrados. Finalmente el sueño se apoderaba de mi mente infantil y al otro día, mi vida era normal, hasta que me acordaba de una enfermedad llamada Dengue y de un bicho llamado mosquito que la producía.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Mi muñeca no es de trapo

Es que esta muñeca se cansó del hueveo horrible de jugar con su papi. Ya no quiero, ya no quiero, suéltame papito, por favor hoy no. Pero las muñecas no hablan ni piensan, sólo juegan cuando su dueño quiere.

Mi muñeca no me habla, porque está muy triste. Tiene la carita llena de golpes y lagrimitas amarillas; mi muñeca se cansó de jugar. Ella no lo sabe, pero lo percibe: este no es un juego que todos los papás hacen con sus hijas muñecas. Papá le miente y ella se da cuenta; mi muñeca no es tonta, está conciente de que quiere parar esto, que no es divertido, que la lastima, que la quema, que la ahoga, que la aprieta, que la golpea, que le duele, en lo más hondo de su guatita a ella le duele, en lo más hondo de su pecho, en su corazón de princesita que palpita rápido al oír los pasos de su papi; ahí, ahí a ella le duele.